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MSC Seascape

Vilablareix, España
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MSC Seascape

El crucero en el MSC Seascape por el Caribe, muy mal, el peor de los 7 que hemos hecho y primero con MSC.

Nada más llegar me encontré con que mi camarote (a proa) con balcón en realidad tenía la vista obstruida puesto que tenía una placa metálica en lugar del cristal que tenían el resto.

No me parecería mal si lo hubiesen avisado con antelación y si el precio fuera más barato que los de cristal pero ni una cosa ni la otra.

Para empeorar la situación, cuando fui a quejarme a recepción me atendió una señorita con absoluta corrección pero cero empatía. Empezó diciéndome que yo había recibido un e-mail en el que se me decía que mi camarote tenía placa metálica. Allí mismo le mostré los correos que tenía de MSC y vio que en ninguno se me advertía. Para salir del lío cambió la versión y me dijo que lo habría recibido mi agencia de viajes. Antes de quejarme ya había hablado con ellos y también me habían asegurado que no sabían nada. Al decirle yo que esperaba una compensación me respondió con una nueva mentira: que MSC aplicaba precios distintos según los camarotes. Dado que viajamos en grupo, también eso se le desmentí porque un compañero viajaba en un camarote vecino con balcón de cristal y los dos pagábamos exactamente lo mismo.

Hay que reconocer a MSC la gran preparación que da a su personal de recepción porque, a pesar de desmentirle una mentira tras otra, en ningún momento cambió su actitud de pasividad total y empatía cero, saliendo entonces con que a través de la web de MSC podía ver en ese mismo momento cómo era mi camarote. Le dije que para qué, puesto que acababa de verlo físicamente. Nuevamente me repitió lo mismo y yo no salía de mi asombro. Al final le pregunté si pensaba hacer algo y se puso a teclear en su ordenador durante varios minutos sin decirme nada. Al final me dijo que tomaba nota y punto.

Le di las gracias por nada y me marché.

Al final, la mañana del jueves (cuando desembarcábamos el sábado a las 07:15) me llamó el supervisor y este sí muy amable me dijo que habían estado intentando cambiarme el camarote pero nadie había dejado el barco en ninguna escala (no sé, pero supongo que eso ya lo podían saber desde el principio) y me ofreció una comida en un restaurante de los exclusivos del barco. Acepté por no perderlo pero eso no me compensa para nada ni el trato recibido ni mi experiencia. A mi modo de ver, me deberían haber ofrecido algo de inmediato, básicamente un descuento por vista obstruida ya que los camarotes de cristal pueden ver el exterior incluso desde la cama; en el mío, imposible. Apenas se ve nada sentado en el balcón.

Tan solo con eso, puesto que soy un amante de las vistas y de pasarme mucho tiempo en el balcón (es mi séptimo crucero aunque el primero, y me temo que último, con MSC) ya me habían arruinado la mitad de mis vacaciones y amargado el día. Francamente, este ha sido el punto que más me ha indignado de todo el viaje, aunque hay otros que me parecen muy mejorables como:

* La descarga de maletas en Miami es un desorden total. Sin letreros ni personal que indiquen dónde dejarlas y, cuando finalmente te enteras, las dejas en unos cargadores con ruedas completamente expuestos, de manera que cualquiera puede llevárselas.

* La comida del buffet es repetitiva y cansina, con poca variedad. Muy poco pescado. Poca carne cocinada. Al final acabábamos siempre comiendo pizza, hamburguesa o hot-dogs. La fruta siempre verde, horrible, impropia del trópico.

* Los espectáculos también repetitivos, siempre los mismos artistas. Los cantantes masculinos muy malos: el de color grita más que canta y el de la cresta no llega a las notas además de enlentecer el tempo de las canciones. Las mujeres, en cambio, muy correctas. Pero no se puede tener cada día a la misma gente.

* El barco es un lío, los primeros días te encuentras cortado al intentar ir de un lugar a otro. Da la sensación que, para sacar los máximos ingresos, se ha optimizado el espacio para camarotes y actividades que generen dinero a la comodidad de la gente: el Yacht Club impide moverse de proa a popa o viceversa con facilidad en las cubiertas superiores porque el acceso queda cortado; en algunas cubiertas hay que cruzar por los pasillos de las habitaciones para moverse de proa a popa y viceversa.

* El servicio de la cena muy mal. Teníamos el horario de las 21:15. Las mesas que teníamos al lado acababan de comer entre las 21:45 y las 22:00. Nosotros a las 22:45, cuando al lado ya estaban comiendo el plato principal a nosotros no nos había llegado ni el primero. Además, nos encendían todas las luces del restaurante como invitándonos a irnos cuando todavía estábamos comiendo por su culpa. Y así al menos éramos 3 mesas. Me quejé el último día porque ya era el colmo, nos teníamos que levantar el día siguiente a las 05:45 y a las 10:30 todavía no habíamos comido ni el principal. Vino la Maïtre a disculparse pero ya nada podía hacerse.

* El vino blanco, horroroso. Al segundo o tercer día cambiaron las botella por una especie de tetra bricks metálicos, traían directamente la copa y no se podía beber. Me quejé pero me lo explicaron y me dijeron que no podían hacer nada, por lo que tuve que pasarme a un tinto Merlot que se podía beber, no así el Cabernet Sauvignon.

* Las escalas, mal. En las interesantes (Nassau, Puerto Rico y República Dominicana) se pasa unas pocas horas (medio día máximo) cuando en la isla privada de MSC se pasa un día entero, con pocas tiendas y unos precios absurdos. Solo la playa aprovechable pero con los típicos problemas para encontrar una hamaca. Al menos Nassau y Puerto Rico merecen un día entero: medio para excursión y otro medio para callejear y shopping.

* El desembarque, otra más. En el tiquet se nos decía un sitio, en el documento que dejaron en la habitación otro distinto pero, al mismo tiempo, decía también que nos guiáramos por lo que decía el tiquet. Contradictorio total. Después, al ser llamados y salir para desembarcar, se nos dijo que fuéramos a la cubierta 4. Llegamos y solo había tripulantes que nos miraban con cara de qué hacíamos allí hasta que uno se dignó a atendernos y decirnos que no era esa cubierta, que era la 6. Subimos a la 6 y nos encontramos con una cola increíble. Preguntamos a dos tripulantes distintos que no tenían ni idea de si teníamos que hacer cola allí o no. Al final encontré a un tercero que nos indicó por dónde era y conseguimos salir hacia la excursión con el tiempo límite.

Y seguro que olvido cosas porque todo el grupo hemos coincidido en que ha sido el peor crucero que hemos hecho, y ha sido una pena porque nos acompañaba una pareja que lo hacía por primera vez y se han encontrado con esta decepción.

En lo que a mí respecta, es altamente improbable (nunca digas nunca) que repita con MSC y completamente seguro que desaconsejaré hacer un crucero con MSC a cualquiera que me pregunte.

Saludos a quienes lo lean, no cometan nuestro mismo error.

1. Re: MSC Seascape

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