Encontramos un vidrio en el helado de mi hijo de 10 años durante la cena en el restaurante La Bussola AFT situación que podría haber resultado en un grave incidente de salud. Aunque el mozo cambió el helado rápidamente, la actitud indiferente y la falta de disculpas del encargado del restaurante al respecto son inaceptables. Me tuve que acercar yo a contarle sobre la situación ocurrida, y me sorprendió que tenía la copa y el vidrio con él, en su escritorio y sabía de la situación; pero nunca se acercó a pedir disculpas, y su discurso fue que no sabían de donde salió, si era de la máquina o de la cocina. Le pregunté si el tenia conocimiento que esto podría haber ocasionado un problema grave o la muerte de mi hijo, y su actitud fue indiferente, como que le molestábamos ahí delante planteando el problema, dijo: “Disculpa, no sé de donde salió el vidrio, (como diciendo váyanse de aquí, ya está, total no se lastimo).
Además, al intentar presentar una queja formal por escrito en la recepción – guest service, nos informaron que solo era posible hacerlo en la encuesta post-viaje, lo cual considero inadecuado y poco atento a la gravedad de la situación.
Por otro lado la Atención del personal es muy mala como lei en este foro. El personal no tiene informacion clara, no brinda informacion y trabaja sin ganas, no te ayudan y parece que les molestas.
Experimentamos una atención deficiente, especialmente por parte de los camareros filipinos que no hablaban ni portugués, ni castellano, ni inglés correctamente, y mostraban falta de cortesía con los pasajeros.
En varias ocasiones, el personal no pudo identificar el paquete adquirido a través de la tarjeta de crucero. La falta de información sobre los paquetes vendidos resultó en situaciones incómodas, como pedir pagos adicionales por servicios ya incluidos. La persona encargada de servir el helado demostró incompetencia y carecía de habilidades para comunicarse adecuadamente.
Nos han dado informacion no certera en más de una vez y muchas veces pedían pagar cuando ya estaba incluido, o eran descorteses cundo uno decía: “Si lo quiero, y quiero pagarlo”. Por ejemplo, con el helado, la persona que atiende, de nacionalidad filipina (que es la misma para cobrar y servir el helado con grandes filas), solo repetía “Pagare, Pagare, Pagare” sin saber expresarse en algún idioma claro o de otra manera. Esta persona no es apta para tratar con el público que sube al barco, que en su gran mayoría es brasileño o argentino.
Espero que les sirva mi experiencia!