Este vuelo fue en clase Económica Premium. En este caso y a diferencia del vuelo del ida, el avión no era de los últimos A350 en salir de fábrica y por lo tanto no contaba con la nueva cabina sino con la anterior.
El asiento en sí no es incómodo aunque es mejorable. El entretenimiento a bordo se siente anticuado para los estándares que debería tener hoy en día en Premium Economy, aunque el contenido es bastante amplio. Los auriculares que dan en esta clase no son malos, aunque están lejos de ser "noise cancelling".
Respecto a otros amenities: la manta y almohada que dan son como las de la clase económica. También reparten un kit de viaje que cuenta con calcetines, máscara, cepillo de dientes y crema labial. Para los pasajeros de esta clase, dependiendo de quién sabe qué, reparten botellas de agua (en el vuelo de ida sí tuvimos pero en el de regreso no).
En cuánto al servicio de comidas, la calidad respecto a meses anteriores (ni que decir años) es mucho peor, se nota que intentan ahorrar en casi todo, pese a subir mucho los precios de los billetes. También la cantidad me pareció escasa. Tuvimos una comida "fuerte" para uno de los vuelos más largos que tiene Iberia y un snack antes de aterrizar. Si quieres comida durante el vuelo, entre los 2 servicios, tiene un coste extra (incluso en Premium Economy).
El estado de los aseos era muy mejorable, apenas se sentía que lo limpiasen durante el vuelo, cosa que no es de extrañar ya que 6 aseos para todo lo que no es clase Business se queda corto y siempre estaban en uso y con cola de gente esperando.
Lo peor de este vuelo fue el llegar a Madrid y tener que esperar 2 horas para que apareciese el equipaje en el aeropuerto, el nuestro y el de todos los pasajeros.