Acabamos de regresar después de disfrutar un mes en esta entrañable casa...es cálida,muy espaciosa y con mucha luz,las habitaciones son muy amplias y cómodas, sus tres baños(dos de ellos incorporados)te dan mucha independencia..la cocina totalmente equipada y con una gran mesa,impecable la limpieza,completos de utensilios,así como de ropa de cama y baño,el exterior es una delicia,tiene dos porches estupendos con mesas sillas y preciosa decoración(barbacoa incluida),una huerta donde cada día ves crecer tomates,pimientos etc,y al lado una pequeña"granja"con gallinas y conejos,tiene espacio para dejar el coche dentro..la ubicación perfecta,al lado de todos los servicios del pueblo, y a la vez silenciosa y tranquila..desde la casa ves el castillo,q iluminado por las noches es único,y todo esto lo hacen posible Sofía y Mariano,dos magníficas personas,generosas y buenas,que con detalles diarios hacen que no te quieras ir,esperamos volver muy pronto,mil gracias por todo!!
Hemos pasado un fin de semana en familia y con niños. La casa está acondicionada para niños y si faltase algo se lo puedes pedir a Sofia.La casa es acogedora, limpia y espaciosa y el patio con los animales genial para los peques.Le damos un 9 y medio calidad precio inmejorable. Gracias Sofía! !!
Pasamos estas navidades un finde semana y fue como estar en casa, los niños se lo pasaron en grande y nosotros súper cómodos con todas las habitaciones y comedor, el patio no lo pudimos usar mucho pero un porche sí que tiene hasta futbolín, volveremos en primavera sin duda y haber si podemos conocer el entorno.
Los dueños encantadores, muchas gracias.
Viajé a Turégano por motivos profesionales con otros compañeros y tuvimos la oportunidad de vivir en esta casa rural, que fue nuestro hogar durante cinco semanas. Es nueva, luminosa, espaciosa, con zonas comunes muy agradables como la gran mesa que acompaña a la cocina o el fantástico patio. Los muebles y la casa están fabricados y decorados por el dueño cuidando cada detalle. Dispone de todas las comodidades necesarias en un hogar, menaje, electrodomésticos, una chimenea que permitirá descansar y ensimismarse en los fríos inviernos segovianos…
Y el amplio patio, en el que se puede aparcar el vehículo, acoge una preciosa huerta, la compañía de gallinas y conejos que habitan el gallinero y una zona para comer y preparar una magnífica barbacoa. Sólo por la generosidad, atención y ayuda del propietario está justificada la estancia en esta casa que enamora, al igual que no dejan indiferentes el entorno y su misterioso Castillo.