Fuimos a comer cuatro personar previa reserva. Al pedir las cervezas de aperitivo, solicité dos de tamaño más grande, ya que la habitual es una pequeña copa, más pequeña que la copa de vino, que ya es pequeña- El camarero nos respondió que solo tenían ese tamaño. No es lógico, pero tampoco es un problema. Como aperitivo nos puso una plato de asadura. Al no gustarnos a ninguno le pedimos que nos lo cambiara y simplemente se llevó el plato. Cuando le indicamos que nos pusiera incluso una aceitunas o unas patatas fritas, nos contestó que solo tenían asadura. En ese momento le indicamos que nos pasara la factura de las cervezas, pues nos parecía poco aceptable que no tuvieran cualquier otra cosa y que, en ese caso, preferíamos irnos. Solo entonces dijo que iba a preguntar en cocina y, de una manera y actitud muy poco procedente para tratar a un cliente, nos trajo unos trozos de chistorra cuyo aspecto era poco prometedor, pero no puedo valorarlo pues no me dio tiempo a probarlo.
Pedimos el menú "Jaque mate" para dos personas con cordero y otras dos con cochinillo. Pues no había cochinillo.
Bien, cordero para los cuatro aunque a una persona no le gustaba. Seamos flexibles.
Solicitamos en ese momento si, para compensarnos por el cambio, nos podían cambiar las mollejas del menú por cualquier otra cosa, a lo que nos contestó, bastante secamente. que el menú era cerrado y no admitían cambio alguno.La flexibilidad no funcionaba para ellos.
Terminada la comanda. le solicité que. sin prisa alguna. quería hablar con el director o propietario. Mi intención era comentarle que un trato más amable por parte, por lo menos, de ese camarero, sería apreciado por la clientela, aparte de ver la posibilidad de ser un poco más flexible en algunos platos, como la casquería, que tiene adeptos y, por contra, gente que no les gusta en absoluto.
Pues no dio tiempo.
Vino inmediatamente
Mi frase iba a ser: Será difícil que vuelva si me van a seguir tratando como si hubiéramos venido aquí a molestar......
Solo me dio tiempo a decir las cuatro primeras palabras, cuando me interrumpió bruscamente y me espetó:" están a tiempo de irse ahora mismo " dirigiéndose en ese momento a la puerta y abriéndola.
Como es lógico, nos pusimos en pié y nos fuimos, no sin antes pedirle la nota de la cervezas a lo que nos contestó "Invito yo"
Todo esto me parece impresentable por la falta absoluta de tacto. Una parte importante de la profesionalidad en sala se demuestra "conquistando" a un cliente que no ha entrado con buen pié. Es posible que me contesten negando la mayor y descargando la "culpa", si se puede llamar así, en nosotros los clientes.
Procuro ser bastante ecuánime y, sin ser el Santo Job, tengo bastante paciencia y más, cuando estoy de relax. No cabe tampoco la disculpa de que estaba lleno y había tensión; estimo que el restaurante estaba al 50%, por lo menos en ese momento.