Este precioso paraje natural se encuentra en el término municipal de Bullas, constituyendo un oasis en medio del seco paisaje en que se encuentra. Nosotros lo visitamos a primeros de septiembre y hubimos de efectuar reserva previa, ya que en temporada veraniega, entre el 28 de junio y el 8 de septiembre, su visita se encuentra restringida a 100 personas. Podemos aparcar en una zona gratuita que hay al inicio del camino de acceso o si lo deseamos, dejar el coche en un parking que está a muy pocos metros del salto, que también hemos de reservar previamente, a un precio de 6,05 € los coches y 2,42 € las motos. El acceso a este parking se encuentra en las coordenadas 38°01'37.0"N 1°40'30.4"W, y desde él solo nos quedan poco más de 300 metros para llegar al salto. Una vez en él podemos optar por darnos un baño o bien hacer cualquiera de los recorridos que hay por la zona, todos muy fáciles y muy bien señalizados. Es un precioso paraje que no debemos perdernos si nos encontramos por la zona.

Obligatoria visita, aunque hay que andar un poco para ver la zona de la cueva que es lo más espectacular.

Fuimos con varias familias y el lugar tiene su encanto. Puedes hacer rutas de senderismo o por el contrario relajarte contemplando el agua cristalina. A los niños les encanta. Eso si el agua solo apta para valientes. Vale la pena hacer una excursión. Recomiendo.