Un hotel tranquilo en Prata di Pordenone, bien comunicado, cerca de la autoestrada. Lo elegí porque estaba cerca de Pordenone donde viajé para visitar a un familiar. Me gustó la atención, el personal muy amable, la habitación estaba bien, cómoda y silencioso por la noche. El desayuno también estuvo muy bien.
Lo negativo fueron cosas menores; no hay señal wifi en la habitación, cuando tenía que conectarme lo hacía en el estar, el aire acondicionado se apagaba sólo a la una de la mañana por lo que tuve calor la primera noche, pero en cuanto lo mencioné lo corrigieron y tuve el airé toda la noche.
Una mención especial para el restaurante: hemos comido excelentemente! La comida muy sabrosa, con un toque casero, y los postres-Mama mía!
Lo recomiendo.Más
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