Por la situación de la zona es un poco complicado de llegar pero con un buen navegador no hay ningún problema. Estás en medio del campo fácil zona de aparcamiento y espacio para recreo de los niños. Es cierto que el día que llegamos estaba lloviendo pero también fue Agradable poder pasar al salón con la chimenea. Es un restaurante familiar y eso se nota nada más entrar ya que todo el mundo te saluda como si fueras de la familia. Comimos paella con un sabor estupendo buena materia prima y la verdad es que no Quedó nada. Precios razonables hablamos de cuatro adultos y tres niños con postre café y algún entrante de croquetas y alcachofas a la plancha un total de 127 €. Es un sitio recomendable.
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