Buscando alojamiento en Santander decidimos apostar por El Tocinero y la verdad fue todo un acierto sinceramente. Fuimos con nuestra hija y hacia tiempo que no encontraba un ambiente semejante,tranquilidad,servicio,limpieza y trato del personal no solo definen este rincón sino que marcan un referente a la hora de la inevitable comparación. Desde luego cuando vuelva la referencia serà esta. Gracias.
El hotel se halla en un caserón precioso y la decoración interior de las habitaciones respeta el estilo de una posada de época (con todas las comodidades, eso sí) Por supuesto la limpieza es exquisita y la conservación perfecta. El desayuno (en mesa y en el restaurante adyacente) es excelente y el personal servicial. La posada no está en la carretera general, por lo que cuesta encontrarla, pero sin duda merece mucho la pena.
elegimos este lugar por su cercanía a Cabárceno y acertamos totalmente. Es todo lo contrario a aglomeraciones, prisas, stress... Tiene 14 habitaciones y la señora que lo lleva nos trató como si fueramos de la familia. Mucha tranquilidad y el paisaje perfecto. Nos despertó el canto del gallo y a mi hijo de 9 años le encantó. Recomiento el menú especial para parejas de 45 € las dos personas: espectacular. Todo buenísimo, de buena calidad y servido con mimo. El desayuno de por la mañana casero y normal, sin excentricidades, pero te dicen todo el rato si quieres algo más, a elegir entre tostadas, donuts, croasants...
La habitacion nos costó 60 € incluyendo: una cama de matrimonio + una cama de 0.90 y el desayuno. Volveremos seguro!!
Repetiremos seguro.
