El título de esta opinión es el lema del hotel, lo que expresa muy bien la tranquilidad que se respira en todo el recinto. El entorno es precioso, mucho espacio verde y con zonas ajardinadas muy trabajadas y con diversidad de plantas, incluyendo un área con tomateras y manzanos. La piscina, muy bonita y tranquila, limpísima. Las zonas comunes, interiores y exteriores, están decoradas con muy buen gusto, lo mismo que las habitaciones, que son realmente amplias. Las vistas desde el hotel son magníficas, divisándose praderas verdes y viñedos desde lo alto con el mar al fondo. El desayuno es bueno y hay posibilidad de picar algo para cenar (no hay restaurante) si no se quiere bajar a Getaria, que está a pocos kms. También cuentan con un personal amabilísimo y muy cercano, así que no se puede pedir más.
Si acaso, por poner algún pero, diría que los baños en las habitaciones tienen poca privacidad, al estilo de algunos hoteles de nuevo diseño.