Una casita encantadora, con un precioso jardín con piscina donde cenábamos todas las noches. Todo limpisimo y muy cuidado hasta el menor detalle y los propietarios educadisimos y encantadores siempre dispuestos a hacernos la estancia lo más agradable posible.
El único inconveniente es que necesitas coche para todo porque aunque está muy cerca de Oporto por los alrededores no hay tiendas ni restaurantes para ir a pie.