Es perfecto para desconectar de la ciudad. La habitación muy espaciosa y acogedora, la cama enorme y cómoda. El cuarto de baño con jacuzzi con vistas increíbles. Una terraza grande y despejada con vistas a la montaña y al campo. Se descansa estupendamente. Se respira paz y silencio. Y al despertar, te espera un gran desayuno muy variado: cafés, zumo de naranja natural que puedes prepararte tú mismo, embutidos, quesos, mermeladas, bizcochos caseros ( de chocolate y de nueces), galletas, bollería, fruta...Se sirve en una pequeña sala comedor muy acogedora desde donde puedes ver el precioso jardín y los árboles. También puedes desayunar en el exterior, si el tiempo acompaña, porque nosotros lo hicimos, es una guinda al pastel, si puedes hacerlo. También disponen de piscina exterior. La finca es preciosa, rodeada de olivos, higueras, rebaños de ovejas...El servicio es excelente. Altamente recomendable.