Segunda vez que disfrutamos de este hotel y este entorno.
Sin lugar a dudas repetiremos porque nos hemos vuelto a sentir muy cómodos. Aconsejable el restaurante del hotel. El Spa precioso, ubicado en un antiguo pajar y acorde con la arquitectura de la masía.

Hotel muy tranquilo, ideal para desconectar. Ambiente acogedor, trato exquisito del personal, instalaciones cuidadas y algo que cuesta encontrar en hoteles pequeños (y no tan pequeños): gran servicio de restaurante. No es barato pero se come muy bien. La excusa perfecta para no tener que moverse.

Estuvimos tan sólo un dia pero os aseguro que valió la pena. Jonathan, el chico de la recepción nos atendió con mucha amabilidad. La comida del restaurante exquisita.
La habitación a modo de "cueva" estaba impecable, la cama comodísima y grande. El ambiente acogedor porque la calefacción estaba puesta casi todo el dia. El Spa es moderno, grande y limpio.
Quizá lo que no nos acabó de gustar fué el mal estado de las bicicletas, sólo habia 3 y no funcionaban muy bien. Sin embargo, aconsejable absolutamente para un par de dias de desconexión total. Muchas gracias!!