Estuvimos alojados la última semana de julio y cuando no te quieres ir de un sitio, por algo será.

En primer lugar, la habitación que nosotros ocupamos tenía vistas a la carretera principal. Quizá no es tan ideal pero para el descanso es inmejorable. Destacar una perfecta insonorización exterior y posibilidad de climatizar la habitación en todo momento con aire acondicionado y ventilador de techo. Habitación muy cómoda con baño pequeño, terraza muy práctica y televisión de pocas pulgadas (ni la utilizamos en una semana). La decoración nos encantó por su sencillez y buen gusto, al estilo mediterráneo de la zona. El wifi funciona pero como en la mayoría de hoteles todavía falta afinar esta tecnología.
Destacar por encima de todo la limpieza e higiene ejemplar de todo el hotel. Un detalle es el cambio de toallas 2 veces al día. Cuando estás en Formentera vas a la playa a todas horas y es una comodidad.

Las zonas comunes del hotel se encuentran encaradas a unas vistas impresionantes del Estany des Peix, incluida la playa del hotel (no hace falta piscina, evidentemente). Es una zona muy agradable donde se encuentra restaurante y bar, también la terraza dónde se puede desayunar. Nosotros hemos estado en muchos hoteles, pero igualar un desayuno frente al mar mejor que el de La Savina es muy difícil, sobretodo por las vistas, la luz y la sensación de tranquilidad. Toda la comida que se sirve por la mañana es de muy buena calidad y lo suficientemente variada para cualquier persona. Del restaurante no podemos opinar ya que nosotros cenábamos siempre fuera y el último día que teníamos pensado cenar allí nos surgió otro plan en La Mola.

El entorno del hotel es sorprendente si has visitado la isla alguna otra vez. Podemos pensar que lo ideal es descansar alejado en el interior de la isla, pero para ser práctico, esos caminos de tierra hasta el hotel o apartamento acaban cansando, más si vas sólo unos días.
El pueblo de La Sabina tiene todos los servicios necesarios en Formentera, incluso algún restaurante de precio "normal", cosa que es difícil de encontrar en la isla. Hay un ambiente agradable en todo el puerto y, a pocos metros, el parque natural de Ses Salines. Ideal para hacer deporte o pasear. Además la comunicación con todos los lugares desde el hotel es rápida y ágil. Para aparcar el coche ningún problema, en pleno agosto supongo que no será tan fácil.

El personal del hostal es siempre correcto y discreto. Es posible que alguien pueda pensar que el trato es un poco frío, pero lo entiendo perfectamente debido al tipo de huésped estirado que ocupa la isla en esta época. Eso sí, nosotros siempre hemos recibido la atención y el saludo de la forma más agradable, incluso de la familia propietaria del hostal. Excepto el gatito, él va a la suya.

Es difícil encontrar un punto negativo, pero sí alguna pequeña observación. No está claramente delimitada la zona de bar, restaurante y zona de desayuno. Se solapan en algún momento del día y luego se separan. Creo entender la idea pero puede crear confusión.
Por otra parte, he visto alguna queja del ocio nocturno. Nosotros no somos demasiado "fiesteros" y puedo asegurar que había un ambiente muy agradable para acabar la noche.

Siempre se puede mejorar, pero la línea a seguir de éste hotel me parece excelente. Sobretodo cuando algunos de los hoteles de la isla comienzan a perderse en el lujo innecesario y hasta de mal gusto, que algún día puede hacer mucho daño a la isla, pero este es otro tema.


Nosotros repetiremos seguro siempre que vayamos a Formentera, cada año si es posible.

Estuvimos alojados 10 noches y aunque la ubicación del hostal es excelente y las habitaciones confortables, hay algunos aspectos que nos impiden dar mejor puntuación.

Para empezar, a escasos metros del hostal tienes supermercados y establecimientos de comida para llevar que te facilitan el día a día así como los restaurantes y locales del puerto de la Savina que hacen de la zona un lugar animado en el mes de agosto pero sin el bullicio de otras partes de la isla.

Por lo que se refiere a las habitaciones, son muy correctas, destacando la limpieza, comodidad de la cama y el hecho de disponer de máquina individual de aire acondicionado. Sin embargo, sorprende que en la web del hostal se indique que disponen de nevera y cuando llegas te encuentres algo similar a un minibar de hotel y la siguiente advertencia en un folleto informativo: "frigorífico: es un mantenedor de temperatura. La temperatura del frigorífico es de 11 grados". En consecuencia, a pesar de la información de la web, te encuentras con que el aparato no es suficiente para refrigerar y mantener en condiciones óptimas de frío bebidas o alimentos.

El desayuno incluido en el alojamiento es también correcto aunque no extraordinario teniendo en cuenta el precio/noche. Cuenta con diferentes tipos de pan, embutidos y quesos, un par de platos calientes, cereales, bollería, alguna tarta o bizcocho, fruta y café Nespresso. Incluye también zumos de la marca Granini aunque en las mesas hay un cartel informando que si deseas zumos naturales de naranja o varias frutas estos tienen un coste extra a partir de 4€. Nos sorprende que con un precio/noche de 175€ al menos no esté incluido el zumo de naranja natural y nos parece un detalle desafortunado hacia el huésped (igual que nos lo pareció tener montadas las mesas de desayuno de clientes externos y en cambio que el huésped tenga que proveerse el mismo de cubiertos, servilletas, etc del propio bufet).

El hostal cuenta también con un restaurante que además de estar abierto al público en general ofrece una carta para el servicio de media pensión de los huéspedes y da también la posibilidad de cenar el número de noches deseado con una carta con precios fijos y muy ajustados para primeros, segundos y postres. Ello lo convierte una muy buena opción para cenar con unos platos de mucha calidad y muy bien elaborados, disfrutando de espectaculares puestas de sol gracias a las vistas y de una atmósfera muy agradable.

Sin embargo, el magnífico restaurante crea problemas para el descanso de los huéspedes del hostal, ya que está ubicado en el patio interior, al que dan o bien las puertas de entrada o las terrazas de las habitaciones y desde donde se escucha todo el ruido allí generado. A ello se unen los eventos de música en directo y sesiones de Dj's (uno de cada por semana) y que finalizan entre 22.30 y 23.00. Tanto el ruido generado por los eventos como por la misma clientela del restaurante y bar (que puede durar hasta más tarde) se oyen en gran medida desde las habitaciones, impidiendo el descanso. Desde nuestro punto de vista, esto es una gran falta de respeto al huésped del hostal que paga por dormir cada noche y que debería poder decidir la hora en que va a descansar, sin estar condicionado por eventos que organiza el propio hostal sin contar con los elementos de insonorización o de espacios necesarios para simultanear el servicio de alojamiento con los de ocio nocturno.

Debemos señalar que una noche en que nos hubiera gustado poder dormir antes que finalizara el evento de jazz en directo que provocaba un ruido ensordecedor planteamos nuestra queja, que reiteramos la mañana siguiente a la Dirección del hostal.Su respuesta fue en resumen que está publicitado en la web del hostal que celebran ese tipo de eventos y que les parecía que finalizaban a una hora razonable. Asimismo, a pesar de tomar nota por si el concreto evento de jazz había generado un ruido excesivo (algo que deberían comprobar previamente) nos advirtieron que continuarían realizando este tipo de eventos.Por nuestra parte, ya hicimos constar que conocíamos esa publicidad pero lo que desconocíamos y creemos que no debería ocurrir es que esos eventos afectarían a nuestro descanso por la situación de las habitaciones.

Creemos que, aunque habrá un tipo de huésped para el que estas circunstancias no supondrán un inconveniente, deberá ser tenido en cuenta por aquellas personas para las que sea importante el descanso en el momento que ellos decidan. Al fin y al cabo, el huésped paga por el uso de una habitación del modo y la hora que él decida.

Por último, destacar que echamos en falta el trato cercano que cabe esperar en un hostal anunciado como de gestión familiar. A modo de ejemplo, en el momento de hacer el check-out, a pesar de haber estado alojados 10 noches y con una queja formalizada, se limitaron a cobrarnos y darnos la factura, sin ningún tipo de atención o comentario.