El Hotel es maravilloso: todo el personal súper atento que te hace la estancia inolvidable, el diseño y decoración del edificio, las habitaciones, la comida, las piscinas, la limpieza, los jardines, el SPA... y el silencio, relax y energía que se notan por todas partes.
La localización inmejorable: mirando al mar, al campo de golf y a las montañas volcánicas.
La visita al Cabo de Teno, Masca y Los Gigantes en barco indispensables.
Y luego el Teide, Garachico, Icod de los Vinos... el Norte de Tenerife es una maravilla y si te quedas en el Hotel La Hacienda del Conde una experiencia que se te queda para toda la vida.
Gracias!!! Volveremos seguro.