Fuimos ayer a comer después de un tiempo sin poder ir y el resultado fue el de siempre: comida espectacular, escrupulosamente procesada, con una calidad insuperable y un cuidado del producto que muchos desearían. La lubina, el salmón, la anguila, el pollo marinado 8 horas, los mochis, etc., es que no se puede poner ni un sólo pero a la dedicación del maestro Hisao a su cocina ni a la chica que tiene allí trabajando como camarera. Son profesionales con mayúsculas. Muchas gracias por hacernos pasar un rato tan agradable y como siempre digo, amenazamos con volver una y mil veces más. Gracias ❤️.