Hemos estado 12 noches en Agosto mi mujer, mi hijo de 18 meses y yo. En una suite superior.
La habitación es grande y muy cómoda.
Tanto en el hotel como en las habitaciones, hay mucha limpieza.
Es un hotel ideal para familias con niños y para parejas. Nosotros viajamos con el peque y está muy bien. La zona de la piscina infantil está muy bien. Además fuimos del 5 al 17 de Agosto, y siempre teníamos sitio en las hamacas. No hay guerras de toallas como en otros hoteles para coger hamacas.
Se agradece que en el desayuno haya zumo de naranja natural y fresquito!!!Las comidas y cenas nos han parecido de calidad y bien cocinadas.
Para los peques hacen los purés a nuestro gusto, así como las frutas en la merienda. Todos los dias nos preguntaban de que las queriamos y al momento nos las hacían. Y lo más importante, los purés son 100% caseros y muy ricos. Aparte, vimos a niños que para cenar les hacían pizzas o perritos calientes, siempre adaptandose a los más peques.
Quería destacar lo que sin duda es lo mejor del hotel ,y eso que es un hotel de 10, es a la gente que trabaja alli.
En primer lugar queria agradecer a Angie su trato hacia nosotros y en especial hacia mi hijo. Se encargaba de que siempre tendria su puré y que todo estaria correcto.
Por otra parte, da gusto entrar en el comedor o estar en las barras de los bares, porque tod@s l@s camarer@s siempre tienen una sonrisa en la cara y unas buenas palabras. En especial destacar a Jesús porque siempre estaba atento con el 'sulo rubio', asi como a Fran, Iván, Sergio, Alvaro, Mari Carmen, etc....
En la plancha, hay un cocinero, es dominicano, no sé su nombre pero siempre se preocupaba de que al peque no le faltara el mejor trozo de carne o pescado, asi como tener el detalle de darle alguna piruleta.
Los socorristas muy atentos y amables con todos, en especial una mallorquina jovencita y su compi.
Hasta las chicas de la limpieza tienen una buena cara para los clientes, en especial Miriam, muy atenta con nosotros y nos supo recomendar lugares de la isla.
Y por último, la gente de recepcion muy amable y dispuesta a solucionar problemas, en especial a Sebastián, muy atento con todo.
Nos han hecho sentir como en casa y eso para nosotros no tiene precio. Y más viajando con un niño pequeño.
De todos los hoteles donde hemos estado, el mejor con diferencia.
Cuando volvamos a la isla, por supuesto volveremos.
Como 'crítica', prolongaria un poquito más la hora del desayuno.
Un abrazo y hasta pronto.