El entorno es espectacular y la casa maravillosa. Las habitaciones son pequeñas pero estan muy bien. Hay un baño en el piso de abajo que es enorme.
Nos dijo la señora que hacia el desayuno ella misma, todo casero, ecológico y de la granja, asi que no pudimos decir que no.
Ella es muy simpática y agradable, al marido solo lo vimos al llegar, porque no habia nadie, pero también fue muy agradable. Nos dijo cual era nuestra habitación sin preguntarnos el nombre ni si quiera.
Muy muy recomendable
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