Estuve un par de noches en Junio y me pareció que guarda el sabor de las auténticas construcciones de antaño, con paredes de piedra gruesas que guardan el fresquito. Puertas castellanas y cortinas de ganchillo.
Aún así tienes todas las comodidades, calefacción, ventanas nuevas, suelo de tarima en las habitaciones, bañera, microondas y una wifi que va como un tiro.
Es una casita fantastica para desconectar de los ruidos y empaparte de la naturaleza.Fui con mi familia.
La habitacion de las dos camas eran espaciosa y muy comodos los colchones.Y la cama de matrimonio era muy amplia y comoda.Mi marido tenia que utilizar el ordenador para trabajar y el wifi le hiba muy rapido.Las estancias muy bien y en la cocina nos encontramos con muchas cosas basicas desde sal a cafe para poder desayunar. Esta bien comunicada y Beatriz nos indico muy amablente los lugares que poder visitar.Casa muy limpia me recordaba a la casita del pueblo de mi abuela.
Fue una elección perfecta para descansar unos días en plena serranía de Cuenca. Lugar tranquilo y casa muy acogedora.