No entiendo como puedo dormir en Islandia en mitad de una nevada con las ventanas abiertas, pero fue una constante durante nuestros días en Laxnes y otro hotel que estuvimos.
Booking nos metió este hotel por un fallo suyo y nos encontramos un típico hotel de carretera con más años que el sistema de calefacción. Era manual, podías abrir la ventana y pasar frío o cerrarla y morirte de calor.
Las almohadas eran de broma porque estaban rellenas de un material cuya densidad era igual a cero. Es decir, que no esperes almohadas porque están rellenas de ilusión.
En definitiva, si te quieres gastar poco y estar cerca de Reikiavik está bien. Eso sí, trae un pijama fresquito porque hace más calor que en Sevilla en agosto.
P.D. No desayunamos allí, pero recomiendo ir a una cafetería que está una calle más abajo. Buenísima.Más
- Wifi gratuito
- Aparcamiento gratuito
- Bar/Salón