Llegamos al restaurante a las 14.30h de un domingo de julio y tras tomarnos notas de la bebida nos dicen que tendremos que esperar para la comida, que tienen la cocina al completo. Pedimos pechugas con patatas y huevos para mis dos hijas y el pollo empanado estaba tieso, el huevo con sabor raro y las patatas congeladas, claro. Nos sirven una ensalada de buen aspecto pero los palitos de cangrejo duros y malos. El pan de hace una semana. Para los adultos pedimos una ración de cordero brasa. El cordero a pedazos gigantes, medio crudo y las patatas congeladísimas (por supuesto no nos lo comimos). Preguntamos por unas tapas y nos dicen que las miremos nosotros (hay torrezno, pedimos y nos dicen que no queda). El servicio totalmente a relentí.... En fin, un desastre. Hace tiempo que no comía en un sitio tan malo. Para que mi hija diga que tienen que ir los de "restaurante imposible"...... Una pena y una decepción.