El hotel está en un paraje encantador, todo rodeado de naturaleza y un río precioso, tiene unos jardines que en verano seguro que se pueden disfrutar a tope con una piscina natural preciosa.
Hemos estado un grupo de amigos con niños entre 1 y 4 años, nos han tratado con muchísima amabilidad, las camareras son encantadoras siempre con una sonrisa en la cara.
Las habitaciones son preciosas y decoradas con todo mimo, te dejan albornoz, zapatillas, unos amenities preciosos y una cajita de galletas con chocolate en la mesilla, agua y caramelos.
Los desayunos están genial, tienen tanto dulce (tartas, bizcochos, cruasanes...) como salado (pan con tomate, jamón, salchichon, queso...) y también opción de pedir huevos revueltos, bacon...que te hacen al momento, fruta, zumos, yogures, frutos secos...
El pack que cogimos incluía también las cenas con dos entrantes, un segundo plato y postre. Estaba todo buenísimo aún que quizás para cenar demasiada cantidad. Para los niños nos daban varias opciones también a elegir de cena.
Como pega por poner alguna pega sería que el comedor se queda algo pequeño y el salón tiene demasiadas cosas de decoración lo cual es peligroso para estar con los niños, pero a su favor he de decir que nos dejaban quitarlos para evitar cualquier peligro.
En resumidas cuentas, un sitio encantador al que espero volver con mejor tiempo.Más
- Wifi gratuito
- Aparcamiento gratuito