He estado en dos oportunidades en el Hyatt durante este año y no aguanto las ganas de volver. Ampliamente recomendado para cualquiera que vaya a Aruba. Las instalaciones son verdaderamente excepcionales y estan muy cuidadas y limpias. La piscina me parece un poco pequeña para un Hotel de su categoría. El personal es amable hasta más no poder y siempre buscan complacer al turista más allá de sus expectativas. Los restaurantes son buenos, sin ser expecionales en cuanto a la elaboración de la comida, pero a pesar de ello me gustaron mucho Japengo y Ruinas del Mar. Posee un par de joyerías dentro del Hotel en donde, una vez más, el servicio de las encargadas sorprende por su gran calidad de servicio. Todo el personal del Hyatt, desde los jardineros, pasando por los managers, hasta la más humilde de las camareras, tienen un trato cordial hacia el turista y sólo por esa razón iría una y otra y otra vez. Es una característica del pueblo arubeño.