Lamentablemente, terminamos en este hotel por encontrarse "sobrevendido" el que habiamos contratado (Villa Tortuga). No nos disgustó la noticia en aquel momento, ya que contaba con una estrella más que el otro.
Nunca nos sentimos tan incómodos y desatendidos como en este lugar. Pareciera ser que, desde su construcción, jamás se hubiese hecho ningún tipo de mantenimiento. Todo en la habitación estaba roto o muy desgastado, con una limpieza mediocre. Fuera de ella, nada mejoraba: vidrios rotos, pájaros por el lobby, por el restaurant, sillones muy desgastados y sucios...
Sin embargo, todos los defectos edilicios podrían haber sido compensados por una buena atención, pero no fue así. Ratifico lo que leí en otros comentarios respecto del total interés de los empleados por la propina, SIEMPRE ANTES DE MERECERLA. La atención en la recepción, fue regular/buena pero, el resto; un completo desastre. Los mozos del bar de la planta baja, pendientes de aquellos clientes "preferenciales" y siempre con mala predisposición hacia el resto. Se quedaban sin tazas limpias, sin vasos descartables, etc. con una cantidad de clientes que no los desbordaba para nada. Una falsedad total al tomar tu pedido, el cual preparaban sin nada de voluntad. Realmente no te daban ganas de ir ahí.
En cuanto al restaurant, IMPOSIBLE tener una bebida coherente en tiempo y forma, no sólo te robaban los vasos y cubiertos/utensillos de la mesa cuando te levantabas a buscar la comida (esto incluye a empleados y huéspedes), sino que no podías tomar un segundo vaso de jugo o gaseosa... las posibilidades eran: encomendarse a Dios, pidiendole esta "ardua" tarea a alguno de los mozos, a quienes debíamos recordarselo constantemente y encima lo hacían con la peor cara del mundo; la otra opción era la de cortar por lo sano ante la inoperancia del personal, y servirse uno mismo. Acá se presentaba otro problema, ya que no te permitían servirte por tus propios medios, con lo cual volvías al punto anterior. La gaseosa se presentaba en bidones (literalmente) y practicamente sin gas y sin la temperatura adecuada.
Consejo: ni se les ocurra reservar para el restaurant chino ("Dragon", o algo así). La atención, nuevamente pésima. La comida, peor: dos posibilidades de entrada, plato principal y postre, que realmente daban vergüenza. El plato principal estaba, practicamente, hecho con los mismos ingredientes y verduras que la entrada, el postre fue un budín de pan ínfimo, que además estaba quemado... No existen palabras para describir lo que fue esa "cena", complementada además, con la lamentable atención del personal... realmente para levantarse e irse a mitad de la comida.
En cuanto a los servicios del hotel, el gimnasio es un lugar muy chico, con aparatos sin mantenimiento alguno, el show nocturno me pareció bastante mediocre e improvisado... una lástima.
De la "discoteca", mejor ni hablemos. El barman (si puede llamarsele así), era un maleducado total que atendía a quienes quería y que no tenía idea de lo que preparaba.
La pileta era un punto a destacar; limpia y muy grande.
Conclusión: si no debemos esperar las mismas características y atención que un hotel 4 estrellas de Cancún, etc.; entonces ponganle las estrellas que correspondan. Yo entiendo que se puedan tener muchas limitaciones y aspectos a mejorar en cuanto a infraestructura pero, la pésima atención, la mala voluntad de los empleados y el profesionalismo sólo en pos de la propina; no tienen excusa.
Estuvimos en Cayo Largo (Hotel Villa Coral) y en La Habana (Hotel Vedado), en hoteles que supuestamente eran de menor categoría, y vivimos absolutamente todo lo contrario.
Varadero es un lugar muy lindo, pero no vayan a este hotel!!