EL hotel estaba hermoso, junto a un club de yates y con vistas muy bonitas. Lo que no me gustó es que una mañana cuando me intente bañar, sólo cayó agua por alrededor de 3 minutos y me bañe relativamente bien, el personal no me apoyó mucho porque no sabían ni que hacer, pero eran muy amables. La limpieza es excelente, todo estaba impecable. El hotel cuenta con bicicletas para préstamo (sin cargo adicional), lo que te facilita ir a la playa (está a 5 minutos en bici) o a comprar comida. No hay muchas cosas cercanas pero sirve para relajar por los bellos paisajes. También me molestaron los altísimos impuestos municipales, casi tan altos como la estancia). Otra cosa es que NO tiene restaurante, lgo incómodo pero se subsanaría con los paseos matutinos en bicicleta. En general muy buen hotel pero tiene sus detalles.