La casa colonial donde estan la recepcion,comedores, tiendas, etc. es de una belleza increible, pero el edificio adosado para hacer las funciones de hotel es bastante mediocre tanto por su diseño, como por su mantenimiento. Las supuestas Junior Suites son simplemente habitaciones amplias, sin nada que ver con una suite normal. Un detalle muy desagradable es que tengan el minibar cerrado con llave, y solo lo abren a peticion del huesped. Todo el mundo sabe que los consumos del minibar se pagan, y considero una descortesía que haya que pedir de forma especifica que lo abran; es como pedir un permiso para usarlo.
La comida es otro aspecto que deja bastante que desear. Siendo la cocina mejicana de una gran riqueza de sabores y salsas, la de Casa de Balam es mediocre, con guisos secos y bastatante insipidos, con tal ausencia de salsa que los platos se quedan casi limpios, ningun jugo o salsa los mancha.
El servicio y la atencion en general son muy cordiales, aunque a veces un poco pesados (quizás buscando las consabidas propinas, que por otro lado es característica general del pais)