El servicio esta ocasion me dejo mucho que desear, en el penultimo dia, no habia restaurante abierto a las 4 pm, y nos enviaron a Palapa ahi pareciera que les urgia ya cerrar y recoger la comida en barra, inclusive vieron que llegamos y ningun mesero se acerco para poner servicio de cubiertos, esto sucedio hasta que lo solicitamos y fue de mala gana, otro mesero amablemente se acerco y fue el que termino atendiendonos, me parece que se llama David, fue muy paciente y hasta el ultimo momento nos atendio con buena empatia.
Sentimos que se estan enfocando mucho en la atencion al extranjero y no al turismo local, todo era muy forzado incluso la atencion en habitacion.
Las dinamicas de entretenimiento tambien han cambiado, ya no son de un buen nivel, decayeron mucho, el unico dia que salvo fue cuando hicieron fiesta de antorchas en la playa.
En restaurante desayunos hubo un dia que no habia crema para los chilaquiles y solicite este ingrediente al chef y dijo que no sabia si tenian y me dejo esperando, sin tener respuesta.
En el restaurante italiano tambien la atencion fue como si estuvieras en un fast food, nosotros que ya habiamos ido sabiamos como era la mecanica, pero nuestros demas familiares se quedaron con muchas dudas respecto al menu y aun preguntandole al mesero jamas se tomo la molestia de explicar.
Es mi 4 vez que vamos en familia y yo solo espero que esta ocasion haya sido por suerte y no sea que el servicio haya cambiado.
El hotel me encanta y me daria mucha lastima si en mi proxima visita siga con ese nivel.
Saludos desde la CDMX