El concepto del hotel es muy bueno porque quieren mantener original todo el inmueble, pero si necesitan darle mantenimiento las habitaciones están en muy mal estado, la pintura de las paredes se está cayendo, las puertas y ventanas no cierran ni abren bien, se cuela el frio y el ruido, las alfombras están sucias y huelen a humedad. El primer día intentamos desayunar en el restaurante del hotel y no tenían jitomate para preparar huevos a la mexicana, la supuesta dueña salió a disculparse y dijo que no encontró buenos jitomates, por eso no había, tardaron más de 30 minutos para preparar molletes, solo estabamos dos mesas y las otras personas también estaban desesperadas, el jugo de naranja nos comentaron que tampoco había porque la naranja estaba muy ácida que mejor pidiéramos otra bebida. La segunda noche a las 5 de la mañana llegaron de fiesta algunas personas, estuvieron gritando y hablando al parecer eran hombres, avisamos a la recepción no hicieron nada!!! los gritos y la fiesta seguía; hablamos una segunda ocasión 30 minutos después, comentando en recepción que si ellos no hacían algo nosotros llamaríamos a la policía porque se escuchaban golpes y estaban moviendo muebles, todavía tardaron como 20 minutos para silenciar todo el alboroto. El hotel tiene dos edificios, yo me hospedé en el segundo que le llaman Pingorongo, me parece muy inseguro porque cualquiera puede entrar, no hay seguridad ni alguien cuidando quien entra al edificio. El estacionamiento que tiene el hotel está en otra calle en una construcción en obra negra y la planta baja la habilitaron para los autos.Lo único bueno que tiene es la ubicación en la alameda.