Hotel precioso, acogedor, nada convencional. Un trato exquisito y el enclave precioso. Para repetir.
Un sitio para desconectar y disfrutar cada momento. Imprescindible probar el desayuno, increíble. Trato personalizado.
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Nos encantó pasar un par de dias alojadas en este hotel. Una atención al cliente perfecta con buenas recomendaciones en cuanto a comida, lugares de interés y demás.
Un paraiso en lo alto del monte y el lugar perfecto para descansar junto a nuestra mascota. Volveremos
Pocas veces se encuentra un lugar tan perfecto. El entorno parece sacado de un cuento. Este antiguo palacio está restaurado con un gusto exquisito, elegante y cómodo a la vez. Todo está cuidado hasta el último detalle. El personal es fantástico. Mención aparte merece el restaurante Bailara, que te ofrece uno de los mejores menús degustación que he probado. En resumen, un 10 para el hotel que uno puede soñar.
El palacio es precioso y las zonas comunes muy agradables, pero la habitación, almenos la “standard” es justa para un hotel de estas características (y precio). Es decir, es correcta, limpia etc. pero le falta un toque más especial.
El personal ha sido muy servicial, ayudándonos mucho con la organización de nuestras visitas.
Nos alojamos un fin de semana , queriamos tener tranquilidad y comodidad. Y estar lejos de Donostia. En el monte. Trato exquisito pero sorpresa en el desayuno moscas y avispas. En la bolleria . Un hotel tan caro y de tanto nivel!
Creo que con el título está todo dicho, puedo poner más adjetivos positivos pero sinceramente es más de lo mismo.
Por poner algo acogedor, buen servicio, muy limpio, buena vista, buen plan de desayuno.
Sitio acogedor para pasar un buen fin de semana. Además los alrededores están llenos de buenos restaurantes también exquisitos
