Estuvimos tres parejas alojados cuatro días. La casa es preciosa y está perfectamente equipada. La decoración era muy rural, conmucho gusto. Es enorme, todos teníamos intimidad. Como está en lo alto de un monte las vistas son espectaculares. Cocinar mirando al campo, o leer en el mirador panorámico fue una fantástica cura antiestrés. Hay un paseíto muy agradable que baja hasta un río. Charo, la dueña, fue muy amable en todo momento.
Volveremos, sin duda.