Nos fuimos de la casa encantados.un buen recibimiento con bizcocho casero y huevos cogidos por la mañana.la casa pequeña pero muy mona.nos encantó sentarnos delante de la chimenea de leña....muy relajante.Fernando encantador,nos explicó muy bien para hacer excursiones e incluso él nos llevó en su 4x4 a lo alto de un monte para ver anochecer y de camino vimos buitres,cerquisima de nosotros....qe más se puede pedir?? Pues qe volvamos otra vez.Gracias por todo
Un sitio perfecto para disfrutar de la trnaquilidad del campo;sin agobios. Recomiendo comer chuletillas de cordero en asín, el pueblo de al lado.
Realmente es un jardín secreto, en un pueblo mágico. La casa confortable, el jardín con vistas sensacionales, los productos de la huerta y los obsequios alimenticios de Fernando a nuestra llegada, así como su amabilidad, la tranquilidad de este pequeño pueblo que es Orés. Los numerosos gatos que animan a los niños a corretear por el pueblo. El interesante entorno. Esperamos repetir algún día.