La ventana abierta cuando llegamos y la habitación helada. La cama de la niña sin hacer. Lo peor que toda la tarde y noche un perro no paraba de ladrar y arrancar la puerta, un estruendo enfrente que no dejaba dormir un horror! Que sea “pet friéndly” está bien… Pero que en la misma planta sitúen a familias con niños que necesitan dormir y perros que no cesan de ladrar es una falta de sentido común…