Estuve en este hotel con mi pareja durante nuestra visita a Dublín de tres días. El precio que pagamos por las tres noches me pareció un poco excesivo, aunque también reservamos a última hora. Pedimos habitación con cama doble.
Pros:
Dormitorio:
- La habitación está equipada con plancha (muy extraña, pero funciona), secador, televisor, y un juego de tetera (kettle) con sobres de café o té además de azúcar y pequeños botes de leche (perfecto para media tarde o cuando regresas reventado al hotel).
- La cama es muy cómoda y cuenta con mantas adicionales por si pasas frío (cosa que no ocurrirá, pues la habitación posee radiador y está muy bien aislada).
Ruidos:
- El hotel es silencioso por la noche, tanto por los pasillos, como en el exterior (tuvimos habitación que daba al exterior y no escuchamos nada en toda la noche).
- El cuarto de baño viene equipado con un secador de toallas, y pequeños botes de gel/champú y leche hidratante que reponen todos los días. Además, posee bañera y juego de toallas que reemplazan a diario.
Trabajadores del hotel:
- Los trabajadores de recepción son muy majos y eficientes. Nada más llegar, y tras confirmar la reserva y demás, nos ofrecieron un mapa con los sitios típicos para los turistas, pero al preguntarles qué sitios nos recomendaban para comer cosas típicas del lugar, nos indicaron otros distintos, lo cual es de agradecer. Además, nos permitieron imprimir los billetes del avión sin ningún problema. En todo momento fueron muy profesionales además de amables.
- Todo el personal en general fue muy amable y siempre intentaban solucionar nuestros problemas a la mayor brevedad posible.
Desayuno:
- Nosotros reservamos la habitación con desayuno incluido (la diferencia sin desayuno era de apenas 4€). La zona de desayuno está muy bien cuidada (como el resto del hotel); entras, y te llevan a una mesa, donde te preguntan el número de habitación y qué deseas para comer. Hay tres tipos de desayunos: "full Irish" que lleva salchichas, huevos, habas, beicon, champiñones y una especie de patatas fritas raras "hash browns" (están ricas); "vegetarian", que es todo lo anterior quitando la parte de carne; y por último, bufé, en el cual hay de todo.
Localización:
- El hotel está muy bien situado, a dos minutos caminando de Temple Bar, a un minuto literal del ayuntamiento, y a cinco minutos del centro de Dublín (todo esto andando).
- Un gran punto a su favor es que a escasos dos minutos del hotel hay una parada de autobús el cual te lleva directo al aeropuerto. Cuesta unos 6€ y tarda unos 40 minutos en llegar, pero lo bueno es que pasa cada media hora (creo recordar) y literalmente, en dos minutos llegas a la parada. El bus dispone de un espacio muy amplio para llevar el equipaje de prácticamente todos los pasajeros que se suban en el mismo.
Contras:
Precio:
- Quizá fue por reservar muy tarde, pero el precio por las tres noche que tuvimos que pagar ambos me pareció un poco excesivo.
Ruidos:
- El extractor de nuestro baño hacía bastante ruido al empezar a funcionar, pero luego se iba silenciando poco a poco.
- A veces de noche se escuchan ruidos "raros" en los pasillos, del tipo extractores o algo así; es como un pitido que, si bien no llega a molestar al principio, al rato si se torna algo insoportable. En recepción nos dijeron que lo mirarían, y al rato desapareció (es un pitido aleatorio... cosa rara).
Resumen:
Si quieres un lugar céntrico y no te importa pagar un poco más, te recomiendo este sitio sin lugar a dudas.