Buena ubicación, áreas comunes elegantes, ambiente algo decadente, necesita una reforma, al menos de la habitación que nosotros tuvimos. Suerte que era solo por una noche. Minúscula, incómoda, con olor a viejo, con un baño de los años 60 o 70 como mínimo, oscuro y pequeño, al cual se accede por una puerta que parece más bien la de un armario. A lo que hay que añadir la moqueta, que como no hacen apertura de cama a pesar de sus estrellas, no nos atrevimos a pisar. Artículos de baño con olor a lavanda, jabón de manos correcto, el resto anodino y para olvidar, además de nada modernos ni variados. La limpieza parece correcta, tampoco podemos decir mucho porque nos limitamos a pasar la noche allí sin mirar demasiado. Ambiente húmedo y poco acogedor en la habitación, inhóspita y desapacible. No probamos el desayuno.
El servicio correcto. En recepción te recomiendan restaurantes.
El patio por el que se accede al hotel, algo descuidado y abandonado. Sin encanto.
Esperaba disfrutar de un ambiente elegante y lujoso como el de antaño y más bien nos marchamos con ganas de no volver a este hotel. No regresaría, al menos a esa habitación. Del resto, no puedo hablar. Eso sí, a ese precio nunca ofrecería una habitación así.

Nos alojamos en el Hotel d'Europe para pasar dos días en Avignon. Era nuestro viaje de luna de miel y buscábamos un lugar un poco particular. 

 Acerté completamente. Ya antes de la estancia, me ayudaron a preparar y organizar recoridos en la zona... todos salieron estupendamente y a nuestra llegada todo estaba listo. Y al llegar, ¡menuda sorpresa! El sitio es absolutamente fantástico, una antigua residencia de un marques, cuidado hasta el más mínimo detalle, tanto en exteriores como en interiores. 

Nos recibieron con gran atención. La habitación « superior", era realmente buena, con todo muy cuidado. Cenamos una noche y la cocina fue de alta cualidad muy buena y la atención irreprochable (restaurante "La Vielle Fontaine" tiene una estrella en la guía Michelin).

 Los desayunos están muy bien, con zumo natural… es fantástico. 

Las zonas comunes de exterior e interior son muy buenas, ambientadas realmente entre gusto « provence » y encanto de de antaño crean un ambiente de confort que hacen la estancia agradable. Realmente estupendo.

Precioso hotel: elegancia, distinción y buen gusto. La amabilidad del personal de recepción es digna de resaltar. El servicio de aparcacoches diligente y profesional y las habitaciones magníficas. Uno de los mejores del sur de Francia y, sin duda, más digno de ver que el Palacio de los Papas.