Buena ubicación, áreas comunes elegantes, ambiente algo decadente, necesita una reforma, al menos de la habitación que nosotros tuvimos. Suerte que era solo por una noche. Minúscula, incómoda, con olor a viejo, con un baño de los años 60 o 70 como mínimo, oscuro y pequeño, al cual se accede por una puerta que parece más bien la de un armario. A lo que hay que añadir la moqueta, que como no hacen apertura de cama a pesar de sus estrellas, no nos atrevimos a pisar. Artículos de baño con olor a lavanda, jabón de manos correcto, el resto anodino y para olvidar, además de nada modernos ni variados. La limpieza parece correcta, tampoco podemos decir mucho porque nos limitamos a pasar la noche allí sin mirar demasiado. Ambiente húmedo y poco acogedor en la habitación, inhóspita y desapacible. No probamos el desayuno.
El servicio correcto. En recepción te recomiendan restaurantes.
El patio por el que se accede al hotel, algo descuidado y abandonado. Sin encanto.
Esperaba disfrutar de un ambiente elegante y lujoso como el de antaño y más bien nos marchamos con ganas de no volver a este hotel. No regresaría, al menos a esa habitación. Del resto, no puedo hablar. Eso sí, a ese precio nunca ofrecería una habitación así.