El mejor sitio en el que estuvimos en Múnich. Es enorme y estaba hasta arriba, pero aún así nos atendieron rápido y bien, y estuvimos muy cómodos (mucho más que en otros sitios similares). La carta es más amplia que en otras tabernas de este tipo y la comida es tan buena y abundante como la cerveza. El lugar es un clásico en Múnich, pero su ubicación (muy cerca del centro, pero no tanto) hace que no esté plagado de turistas. Muy contentos.
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