Hermosa Experiencia, lindo recorrido...
Recomiendo visitarlo, preferiblemente que no sea invierno....
Muchos Animales no podran ser vistos en sus lugares de siempre debido al frío...
Vale la pena tomarse un tiempito!! no todo es compras y comidas en Munich!!! jejeje

Merece la pena la visita. Es un zoo, pero los animales se les ve bien, tienen espacio. Algunas cosas que no había visto nunca, como un "murcielagario". Una cueva lleva de murciélagos que pasan volando a escasos centímetros de tu cabeza.

Tierpark, es un gran, bonito y agradable parque que fuímos a visitar y disfrutar, a los pocos días de nuestra llegada a la ciudad de Munich.
Es un parque muy cuidado, por donde pasa el río, cuenta con grandes arboledas, zonas verdes, praderas, etc...con caminos para ir con la bicicleta, para correr, para caminar...
Como llegamos a la ciudad en el mes de septiembre y, hacía todavía mucho calor, pudimos comprobar como había mucha gente en la orilla del río, (un río con aguas limpias y cristalinas), bañándose y tomando el sol, relajadamente.
Otras personas se veía que llevaban, sus neveras portátiles y comida, para comer bajo cualquier árbol.
Es un lugar muy bonito e ideal para con la familia, con los niños, con el perro....para caminar, hacer deporte...
Te sientas en un "banquito" y en momento, desconectas de todo...!compruébalo!
A lo largo del parque se encuentran bancos, papeleras y fuentes de agua.
En su interior cuenta incluso con un camping.
A este parque se puede ir en coche, o cómodamente en metro, como hicimos nosotros, la parada de metro es, Thalkirchen (Zoo). Aquí, se encuentra también el zoo de la ciudad.
!!Es uno de mis parques favoritos de Munich!!.
Espero que os guste y disfrutéis mucho.

Fácil de visitar, accesible, con toques muy divertidos como La Cueva de Drácula con murciélagos volando a tu alrededor, los pájaros tropicales en libertad paseando a tu lado, los pequeños pajarillos libres y sin temor tras las jaulas de los leones, el reptilario, el acuario, los grandes simios, los animales domésticos para tocar y jugar... Lo pasé genial, con mis 40 añazos disfruté como un niño. Y sin turistas extranjeros, creo que éramos los únicos guiris, ja, ja