Dormimos en este hotel de rebote. Y la verdad es que fue un acierto. Con un precio medio, la verdad es que no tiene mucho que ver con otros Ibis que conocía. Aquí se ha cuidado más el detalle, desde el patio de entrada y la recepción ya se nota que este hotel hará honor a este estilo que se añade al nombre de la cadena.
La habitación, sin ser excesivamente grande, si es cómoda para dos personas. Funcional, decorado en colores verdes y blancos. Camas cómodas, buen aislamiento tanto lumínico como sonoro y un gran baño. Todo decorado con motivos que recuerdan a la habitación en la que se encuentra, Trier. La antigua Treverís romana.
El precio incluye el desayuno, bastante completo y variado.
Me gustó mucho la ubicación, muy cerca de la Catedral y la Porta Nigra.