Este parador fuera de mi costumbre de castillos, alcazares..etc. Tiene su encanto para empezar aunque está lejos del centro, se encuentra en la montaña eso te da un frescor de 4grados menos que son de merecer más en pleno agosto. Lo conocia de ir a cenar, o almorzar por tan buena cocina, además de un trato muy profesional y amable en restauración como en hosteleria. Ibamos celebrando una fecha importante para mí, por eso nada más llegar a Córdoba en el ave me fui a comprar una tarta, se lo comente en recepción que llegaria una tarta que si podian llevarnosla a la habitación en la mañana siguiente y que me guardasen un champagne que es dificil de encontrar y lo llevaba desde casa comprado. En la mañana siguiente llamamos a recepción y nos subieron un carrito con 2 servicio de platos, cuchara, cuchillos servilletas, 2 copas para el champagne que venia metido en su cubitera con hielo, nos sobro tarta y nuevamente nos la guardarón en el frigorifico para la mañana siguiente como desayuno en la habitación sin coste adicional ninguno. La habitación amplia muy luminosa con preciosas vistas de los jardines , la piscina y córdoba. Con un sofa cama comodo más sillón televisión plana, las ventanas se bajan y suben automáticamente.
Un armario muy bueno que os muestro en las fotos abres una puerta como la de entrada a la habitación y ahi tienes a un lado muchas perchas para colgar ropa un gran espejo en el centro hasta el suelo, un sillón y mucho sitio para colocar las prendas. EL baño bien , de hecho por primera vez que el dispensador de pañuelos está a estrenar, necesite almohadas, costureros se lo comunique a la señora camarera de piso y de inmediato me ofrecio lo que le pedia.
Como desayunamos en la habitación, no hablo del desayuno pero sí de los almuerzos abundantes, deliciosos con productos tipicos de la cocina córdobesa además de otros tipos de platos. Siempre flores frescas en las mesas, lilium, rosas, claveles....además el servicio rápido y estaba el salón lleno.
EL bar una opción para un almuerzo rápido, o merienda me gusto sofas comodos y personal muy amable y simpático.
LA recepción grande toda abierta hasta el bar, teneis un punto de internet. Lo podeis encontrar si vais al aseo en la planta baja.
Los jardines un placer sientes la naturaleza a tu alrededor, el canto de los pájaros con naranjos, palmeras, árboles gigantescos de gran altura, cipreses, para desconectar, por la noche un paseo agradable. Amplia zona de juegos infantil y una gran piscina cubierta por arbustos asi más privacidad, el agua limpisíma, te dan todas las toallas que desees. EL cesped muy bien cuidado al igual que las tumbonas, amplio solarium y un asador bar al lado de la piscina si no has de subir a almorzar con carne a la barbacoa.
La distancia ente el centro de Córdoba y el parador parece lo peor, y para nada hay un bus urbano el número 13 que para en el parador y te deja en el corteinglés, a pie el centro muy cerca, si vas a volver tarde los taxis estan bien de precio. Y algo muy importante pedimos salir más tarde sin problemas sobre las 17h o 18horas. Una curiosidad para quien le guste el senderismo al entrar al parador en el lado derecho hay un camino con un cartel que indica "Sendero las Ermitas" 9km circular en ocho y te explica todos los lugares que veras..etc.