Estuvimos este fin de semana unos amigos en la calle Brasil, aún siendo asiduos a los fogones del casco antiguo ya que ese día queríamos salir por la zona. En estos, el trato siempre ha sido muy bueno. Pedimos mesa al camarero que se dedicaba a llevar la lista de espera, le dijimos que eramos 7 y que si había mucho que esperar y que a ser posible si era arriba mejor, y sin venir a cuento nos contestó con muy mal tono, que tendría que esperar y que la mesa sería donde a el mas le conveniese, frase que si la dice de buenas formas no sienta mal, no fué el caso y no sabemos si es que estaba agobiado por la gente que había (que tampoco es que fuese mucha) o "a saber". Tras decidir no hacer mucho caso al trato de este hombre, esperamos en la barra aprovechando las minitapa con bebida y cuando pasamos a la mesa el trato fué perfecto, la comida salio bastante rápida, comimos bastante agustos y la camarera que nos atendió estuvo muy atenta, todo lo contrario a lo que recibimos al pedir mesa.
Se merece mas puntuación, pero el cliente también se merece un buen recibimiento.
(Disculpad por el comentario anterior, no es lugar para ser tan especifico, aún así todo lo escrito en el comentario anterior a este fué todo cierto)