Decidimos celebrar el día del padre en familia en el restaurante del parador de Gibralfaro el cual hacia tiempo teníamos ganas de conocer, mala decisión, nada más llegar la maitre nos paseo por todo el salón hasta darse cuenta de que nuestra mesa no estaba preparada, juntaron dos mesas que habia vacias y nos dijeron pueden ustedes sentarse, la mesa ni si quiera estaba montada, nada más sentarnos pedimos un botellin de agua del tiempo para el niño que estaba llorando porque queria agua, esta no vino hasta mediación de los entrantes tras pedirla en varias ocasiones y encima fría por lo que el niño no pudo beber ... estando mirando las cartas para elegir, la maitre se acerco a uno de los comensales y le quitó la carta de las manos para darsela a otro cliente, no salimos de nuestro asombro, cuando este cliente terminó se la devolvió, faltaba una servilleta la pedimos y nos traen una pequeñita de desayuno, les preguntamos si no las tenían más pequeñas y nos dicen que esque han calculado mal y no tienen, a los 15 o 20 minutos de haber pedido y con los entrantes ya empezados nos traen cubitera para el vino blanco el cual no hemos pedido(habiamos pedido tinto) y devolvemos, al momento aparece un camarero y nos dice que el vino elgido esta agotado, elegimos otro. La ensalada nunca vino, la segunda botella de vino tampoco llegó a venir, el plato de otro de los comensales llegó cuando el resto habiamos tomado ya más de medio del nuestro, todo esto sin escuchar ni un triste que aproveche o sin que la maitre apareciera en ningun momento para comprobar el estado de la mesa, en la cual se acumulaban botellas vacias las cuales nadie retiraba. Los postres...... La comensal a la que le quitaron la carta pide el postre especial de la casa a base de chocolates, el cual tras probarlo varios de la mesa para no protestar sin razón llegamos a la misma conclusión: "Esto sabe a quemado", entonces llamamos a la unica persona amable del establecimiento me imagino que será la jefa de sala un Señorita joven y amable de uniforme distinto al resto, le comentamos lo del postre, lo retiró y trajo otro, aunque era distinto al primero no se porque, pero estaba bueno. Para rematar pedimos la cuenta y tardan 35 minutos de reloj para traernosla, en el salón creo que ya no quedaba ninguna mesa,reclamamos la cuenta a la que creemos que es la maitre(una señora de pelo corto de unos cuarentaitantos,porque fue quien nos comandó y la vi comandando más mesas) que vino a la mirar la marca de vino que estabamos tomando..(¡¡Después de llevar media hora esperando la cuenta viene ella a ver la marca del vino!!!, pero esta Señora ni nos mira.Cuando al fin nos traen la cuenta la Señorita se disculpa y nos dice que los postres y el cafe corren a cuenta de la casa por las molestias, cosa la cual agradecemos, entonces le mostramos nuestro descontento general con el servicio, ella se disculpa de nuevo. Me parece pésimo para un parador de 4 estrellas.