Es un aparthotel que en nada tiene que envidiarle a un hotel. Las calidades decorativas, los apartamentos tan sumamente grandes, las terrazas con vistas a Santa María del Naranco, la tranquilidad de las habitaciones y la comodidad de las camas. Además estuvimos alojados en la planta más alta posible, tal y como pedimos en nuestra reserva, y para más inri nos alojamos increíblemente justo en la habitación colindante a la de Juan Echanove, a quien saludábamos cada mañana. Además el aparthotel se encuentra enfrente de la zona comercial, pero a la distancia justa para que no haya tumultos por los alrededores, así que la relación calidad-precio resulta imbatible para cualquier buen hotel del centro de Oviedo. ¡Una maravilla de estancia a la que volveríamos sin dudarlo!