Cansado de lo mismo en San sebastian decidimos hacer una visita ha este restaurante la sorpresa fue nada más entran.
Las mesas parecen como si estuvieras en un lugar de lujo. El trato de los camareros nada mas llegar fue impresionante mi pareja y yo nos sentimos como si estubieramos en otro lugar. Lo mejor fue el medregal con aire de mar y risotto de remolacha, el solomillo con foagras y salsa de frutos rojos, y para terminar un trío de chocolate que quita el sueño, para mi y mi pareja fue unas de las mejores veladas que hemos tenido en la capital de la gomera sin duda.
Después nos fuimos a la terraza donde el camarero nos preparo un gintonic pasamos una gran velada y volveremos pronto.
El cocinero salio a la terraza cuando terminó el servicio para saber como habías comido un gran detalle de su parte.
Lo recomiendo sin duda. Ya que nos sentimos como reyes