Restaurante de 10 en todo porque ya según entras un trato amable y familiar, cercanía y educación por parte de los camareros y el jefe que saluda amablemente, muy campechano.
Las mesas súper espaciosas, el ambiente y la temperatura ideal para estar en camisa comiendo.
La comida..... indescriptible. Todo buenísimo.
Pedimos jamón cortado q cuchillo, se deshacía en el paladar. La ración no está nada mal.
Almejas a la marinera , recomendable pedirlas. Con su aceitito rico y su ajito suave, siembran de maravilla y tienen un sabor buenísimo.
Y aunque sea un restaurante típico de pescados, pedimos solomillos al foie. Uno al punto y el otro buen hecho, me lo sirvieron en filetitos y súper jugosos. La salsa aún la guardo en mi cabeza. La mezcla perfecta. Volveré a pedirlo si vuelvo.
La sensación por la tarde es de que estás llena pero no pesada ni con malestar. Con lo cual las calidades son de primera en todo.
La tarta de quedo de postre muy buena, otro día cambiaré y pediré la de chocolate.
El precio por esto para dos es de 129€ con agua y refresco para beber pero merece la pena de vez cuando por lis buenos sabores, la calidad y el buen ambiente donde se come que deja un magnífico recuerdo
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