Cuando hicimos la reserva la chica nos envió enseguida toda la información detalladisima sobre cómo llegar y qué hacer allí. Encontramos sin problema la casa con las indicaciones que nos había enviado y cuando entramos nos había dejado el aire acondicionado puesto para que estuviera fresca al entrar, lo cual nos pareció un detallazo.
El piso tiene dos habitaciones, un baño, una cocina y un salón. Está decorado muy moderno y lo encontramos todo limpio y preparado cuando llegamos. Además, nos dejó leche, magdalenas y zumo preparado para cuando llegáramos. En el salón nos dejó también folletos con un mapa de la ciudad y sus recomendaciones personales de sitios donde comer y monumentos que visitar y la chica estaba pendiente del teléfono en todo momento para respondernos dudas o darnos recomendaciones de dónde ir.
Tiene una ubicación estupenda, en una calle pequeña y a unos 10 minutos andando de la plaza Zocodovel, la principal de la ciudad. No tuvimos que coger el coche en todo el fin de semana porque andando puedes llegar a ver todos los monumentos. Eso sí, hay que tener buena forma física porque todo son cuestas arriba y abajo y calles empedradas.
Hemos disfrutado muchísimo de la estancia y la recomiendo.
Hemos un fin de semana en esta casa y nos ha parecido estupendo. Miriam es una gran anfitriona y siempre muy atenta a todo lo que hemos necesitado. Asi da gusto. La casa se describe perfectamente en el detalle y nos ha parecido en bastante buen estado y con muchos detalles que marcan la diferencia. Por ejemplo, teniamos a nuestros alcance algunos croasanes y leche para desayunar. Hemos quedado encantados.
Pasamos un fin de semana dos parejas con niños. Al llegar a la casa nos sorprende un portal lleno de telarañas y muy mal conservado, con un desagradable olor. Al entrar al piso tuvimos la sensación de volver a vivir en un piso de estudiantes. Las fotos con las que anuncian el alojamiento están muy bien hechas, ya que no se ajustan a la realidad.
Desconchones por las paredes, cables por la pared y techo, telarañas en las habitaciones, sofá en mal estado, vistas a un muro de cemento desde la habitación principal, aseo sucio, el agua es imposible de regular (me abrasé la cara duchándome), caja de secador llena de pelos, lámparas sin bombillas, lamparitas sin enchufe en el que ponerlas, la casa parece un rastro de muebles y objetos viejos.
Se anuncia como casa para 7 personas, hay que tener en cuenta que una habitación solo entran dos personas por lo que en la otra habitación deberán dormir las 5 restantes. También hay que tener en cuenta que solo hay un aseo.
Con la oferta que hay en Toledo jamas volvería a este alojamiento.
La casa está muy bien y Miriam es muy buena anfitriona. Te ayuda a lo que necesites y te deja mensajes en la nevera para tener mejores conocimientos sobre la casa. La habitación de 5, es una pasada.