He disfrutado el último fin de semana en Salamanca alojándome en este hotel de 4 estrellas. La estancia fue un regalo, alojamiento y desayuno, champán, jacuzzi y garaje. Es un hotel muy bien situado, con unas estupendas vistas de Salamanca y sin embargo casi en el centro de la misma. Como aspectos positivos además de su situación, la comodidad de las camas y el detalle del zumo de naranja natural en el desayuno.
En el lado negativo, siendo lo que en su web se conoce como "escapada romántica" nos dieron una habitación con dos camas. Cierto que no pedimos que nos la cambiasen por las estupendas vistas que tenían. También fue un detalle "feo" que al ir a dejar el champán por la tarde y estando las camas desechas no tuvieron el detalle de hacerlas, ni siquiera de estirarlas. Pero lo peor es que si quieres tener wifi en las habitaciones tienes que pagarlo, algo que parecería impensable en hoteles de esta categoría.
Si no hubiese tenido el desayuno incluído no habría pagado por él, excesivamente caro.Más
- Wifi gratuito
- Restaurante
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