No es la primera vez que visito esta popular cafetería salmantina, pero de lo que estoy seguro es que no será la última. De los mejores tapeos que he conocido. Precios populares, carta extensa de pinchos, creativos, solventes, sabrosos, contundentes, originales, desenfadados, modernos, clásicos, modernos.. toda una exhibición sin los trampantojos que muchas veces puedes encontrarte.
Aquí destaca una amplia cocina de garantía y un servicio minucioso. Una cafetería de largo recorrido que podría aspirar a cualquier conquista más allá de su fiel clientela. Aunque quizás ahí está la clave de su éxito, en conquistar el cielo algo retirado de los principales reclamos turísticos de la ciudad castellana, donde posiblemente resulte obligado jugar a los artificios.
En resumen, parada obligada en Salamanca, sea cual sea tu lugar de origen y la distancia que tengas que recorrer para llegar.