Excelente ubicación en el centro de Logroño. Terraza con vistas ideal para tomar un café o una copa al aire libre. Se puede ir caminando a todos los sitios visitables y al lado de la calle Laurel.
El trato muy cercano y son proactivos para aportar opciones de visitas adicionales o servicios extra tipo spa.
Muy buen bufé en el desayuno.

Un hotel que le sobran estrellas….. se estropeó las lamparas de la habitación (no se apagaban), lo comentamos en recepción y la respuesta fue que si quitamos la tarjeta de la luz se apagarían, a lo que no aceptamos y nos ubicaron en una nueva habitación. A favor la ubicación perfecta y un spa pequeño pero muy acogedor.

El edificio es muy bonito y la ubicación mejor imposible.
Llegar es un suplicio pero no es culpa del hotel sino de la ciudad de Logroño que lo hace difícil llegar. Los GPS de pierden!
Habitaciones silenciosas a pesar de dar a plena plaza y tanto cama como baños cómodos y bonitos. Se ve todo nuevo. Máquina de café en la habitación y agua de cortesía! Como nos encantan los WC japoneses, un punto más! Caja fuerte, aire acondicionado, batas y zapatillas en el armario. Buena iluminación, todo perfecto.
Puntos flacos! Seguridad ausente.
Entras al hotel por la tarde no he y no hay nadie ni en puerta ni en recepción. Subes fácilmente a los pasillos de las habitaciones.
En la terraza una triste persona para servir a toda la terraza completa. No da abasto y si subes a tomar algo te bajas sin haber sido atendido. No distinguen entre huésped y público. Como aquí entra quien quiere, ancha es Castilla.
El SPA está bien. Tiene Sauna, baño turco, tumbona de burbujas y piscinita, mad bien charla. Chorritos de agua con aroma terapia, que son relajantes. Cobran 25€ y dejan 50 min. solo.
Si pulieran esos detalles sería un hotel de 5 estrellas en todo sentido pero como falta *savoir faire* no le damos más de 4