Pues resumidamente una forma sencilla pero a la vez muy completa de entender el mundo del vino desde el otro lado de la copa donde fermentaciones, barricas y coupages ya no resultan tan inteligibles como antes. Una excelente organización desde el minuto uno además de una atención constante en todo momento. Risas, momentos desenfadados y bellos lugares, todo porsupuesto vino en mano. También un buen lugar para conocer gente, porque aunque yo fui solo en ningún momento me sentí como tal. Definitivamente un día que de otra forma hubiera pasado sin pena ni gloria se convirtió en una bonita experiencia.