Simplemente nos dejamos llevar y disfrutamos de una excelente experiencia enoturística, todo muy bien organizado y a tiempo. Acabamos descubriendo paisajes, cultura, historia, gastronomía y unos estupendos vinos y a su bodeguero, además en nuestro caso acabamos practicando idiomas e hicimos amigos. Una jornada memorable que recomendamos y seguro que repetiremos.